Un mundo cuadrado. Teoría

09. May, 2013 - - Teorías, Teorías y franciscadas

Un mundo cuadrado. Teoría

La Teoría del Mundo de Francisco simplemente aclara que el mundo es cuadrado en tanto que si viviéramos como nos dicen en una enorme piedra redonda fluiríamos como líquidos enamorados, en movimiento, viéndolas venir desde el trapecio. Pero visto lo visto y lo que nos queda por ver, aqui nada fluye, y en el mejor de los casos, o vamos rebotando de pared en pared o nos quedamos atascados en alguna de las cuatro esquinas del cuadrado ratonero que algunos llaman vida.

En el mejor de los casos cuando naces te ponen en el centro del cuadrado, y repito por tercera vez lo de “en el mejor de los casos” porque depende de donde naces, de cómo es el color de tu piel y otros detallitos, te ponen en una esquina directamente y sin preguntas previas…y así, después de unos años de alimentación materna y crecimiento, empieza tu andar cual Forest Gump ilusionado pensando que como el mundo es redondo, las enseñanzas de los Tres Cerditos, Caperucita, Pulgarcito y otros colegas harán de tu andar un dulce caminar o como mínimo un lógico desplazar…

…y a esas andamos por la vida, como buena gente atenta y esperanzada, hasta que…

¡¡¡ZASCA!!! En la frente, estrellados contra una pared del cuadrado; y es que resulta que eso de que el que más ha estudiado y más conocimiento tiene y es más válido y coherente y es mejor persona y todo eso del más mejor le va a ir bien en el maldito cuadrado…pues va a ser que no…por delante tuyo está el amigo del amigo del amigo y todos esos y así hasta que te das la vuelta 90 grados y sigues andando por la vida después del golpecito hasta que…

¡¡¡ZASCA!!! Contra otro lado del cuadrado ¡Dios como duele la nariz!….Angelines, tu amor de toda la vida que resulta que ya no te quiere…y bueno, aquí poca broma porque mucha gente ya se ha quedado atascadilla en la esquina del amor, y Angelines sin volver…en brazos de algún “otro yo pero no yo”…pero no pasa nada, es cuestión de tiempo o de químicas que puedas o puedan erguirte y girar 180 grados para dar un vuelco a tu vida y retomar el andar…y anda que anduvieras…talarí talará…

¡¡¡ZASCA!!! Contra otro de los lados del cuadrado, otra vez en la frente, entre ceja y ceja; tanto trabajar para nada porque para no tener nada era mejor no haber trabajado nada y sin nada y encima viejo y cansado ya me dirás para que tanto anda que andarás… Así que haces tres cruces y te das media vuelta, otros 90 grados y dices eso de —!y que mas me podría ya pasar!— pues nada…

¡¡¡ZASCA!!! Contra la otra cara del mundo cuadrado, la lavadora. Rota. Nada, una simple piececita, pero son 400 euros de mano de obra porque hay que desmontar medio aparato porque la pieza vive en las catacumbas de la ingeniería y bueno, suma unos 50 euros de desplazamiento, y el IVA y mejor cruzar los dedos porque ya que la desmontamos podríamos cambiar…¡basta! ¡Mejor una nueva, de esas Siemens que hablan, 1.200 euros!…ahhhghhhhh!!!

Y a esas andaba dando cabezazos por vuestro mundo cuadrado, el mío también, cuando me encontré por casualidad con Angelines de la mano de su nuevo novio, mi “otro yo de melocotón” (yo soy más de ácidos fuertes) y me dice eso de que el mundo es redondo y yo les dije,

—si para Eratóstenes y unos pocos.

Nota:
Eratóstenes calculó casi a la perfección sobre el 200 a.C. el diámetro de la tierra. Pitágoras, Parménides, Hesíodo y otros más ya hablaban antes de la esfericidad del mundo y evidentemente aunque no se tenga constancia escrita, ver que una piedra es redonda lo sabían también los primeros humanos…pero una cosa es la ilusión de la geometría y otra la realidad con la que nos toca “fluir”.

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