El Blog de Francisco Cortes Rueda

Los científicos parecen haber demostrado que no vivimos en un mundo único sino en un mundo de muchos mundos paralelos. La teoría ya fue planteada en 1950 por Hugh Everett, y explica que ante toda alternativa posible el universo se desdobla, se ramifica, en tantos universos como respuestas a dicha alternativa haya. En un universo nos quedamos con el “no” de la chica rubia que tanto miramos y a la vez se genera otro universo en paralelo donde en unos añitos ya hemos contraído matrimonio con la chica y somos padres de dos rubitos preciosos; y así sucesiva e infinitamente con todas las decisiones y sus opciones.

De ser así y a parte de que me cueste entenderlo, —algo que en mi puede entenderse como lógico y normal—, lo que me preocupa realmente son dos cosas: primero me preocupa el por qué siempre tengo la sensación de vivir en el peor de los mundos paralelos que genero con mis decisiones y con mis indecisiones; y segundo me preocupa contradecir a los científicos, porque siempre tengo la sensación de que realmente no vivimos en mundos paralelos sino en mundos para lelos, con cierta perpendicularidad, de los que se cruzan cada dos por tres cuatro.

Pienso que una vez demostrada la teoría de Hugh Everett y en tanto que contradice la mía de mundos para lelos, los científicos deberían dejar ya de dedicar tanto tiempo a sus fórmulas de física quántica que al menos yo no acabo entendiendo y deberían dedicar sus esfuerzos a explicarme al menos a mi, como he de hacerlo para adivinar el mejor mundo paralelo en el que desplazarme por el absurdo trajín de mundos que denominamos existencia. ¡Y es que al final siempre acabo envidiando a mis otros yo en mis otros mundos!

También entiendo qué, —al menos para mi—, sería de mucho uso y practicidad que me explicaran como hacerlo para que mi mundo paralelo no se cruce y se separe para volver a unirse y separarse continuamente con los mundos paralelos de tanto lelo. Y es ya me cansa que en mi vida siempre aparezcan los mismos mundos lelos (entiendan como lelos los no invitados a mi mundo paralelo). Me canso de vivir acompañado de los mismos tipos de siempre, de que mi vida transcurra en paralelo y por siempre jamás al pairo de los mismos tipos de siempre al poner la tele, al ir al cine, al teatro, al poner la radio. Es como si las vidas de los pobres desgraciados como yo fueran en paralelo y las de los elegidos para la gloria fueran perpendiculares en acrobático doble tirabuzón y encima al vaivén.

Cantantes de siempre que aparecieron hace 20 años y desaparecieron y ahora vuelven a aparecer con los mismos temas modificados con otros ritmos pero ya sin rizos ni tupé. Futbolistas que marcaban goles hace 20 años y desaparecieron y ahora vuelven a aparecer como entrenadores panzones, o peor aún, con discursos más propios de ágoras de la Grecia clásica que de la tribuna de las tardes de futbol. Actores, presentadores y políticos que parecen inmorales, inmortales quiero decir, y que aparecen y desaparecen en nuestras vidas sin preguntar; que se cruzan para volver a separarse y luego vuelven a cruzarse. Cruiffes y guardiolas, julitos, merceditas milás, gonzález y aznares, bosés y bardenes, ángeles cristos, alaskas, reyes del pollo frito y otras aves del paraíso mundo paralelo en perpendicular tirabuzón del “aparezco y desaparezco”.

Más aún, le pediría a los científicos que me explicaran como hacerlo para que mi mundo corte con las grandes perpendiculares que parecen perdidas en vuelo. ¿Donde están los mundos paralelos que nunca cortan el mío? ¿Como hago para cruzarme con leonardos y buenarrotis, gardeles y sinatras, madres teresas y ghandis y tantos otros mundo que anhelo?.

En fin, que los mundos paralelos que dicen existir los científicos están muy bien, pero si no nos dan soluciones para vivirlos corremos el riesgo de seguir viviendo mundos para lelos y no de vivir mundos de anhelo.

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