El Blog de Francisco Cortes Rueda

Cuando abro un proyecto me gusta cerrar dos sobres, en uno anoto el objetivo por y para el cual se realiza el proyecto, y en otro anoto la conjugación del verbo poner: me pone, te pone, le pone, les pone, etc. El ser humano no esta preparado para trabajar en equipo aunque nos cueste aceptarlo. Desde pequeñitos las mamás intentan que sus niños compartan su bicicleta en el parque pero no hay manera que Josito le deje su bici a Juanito y en la escuela intentan que aprendamos ha hacer trabajos en grupo pero siempre trabaja José mientras Juan se escaquea y encima saca la misma nota. De mayores que quieren que les diga, hasta el equipo de dobles de Copa Davis, que creo lo forman dos de los mejores deportistas del mundo, necesita de un entrenador que los ayude a trabajar en equipo… hasta los militares que son los que parecen mas puestos, mas que trabajar en equipo evitan perder el paso para no disfrutar del calabozo. Y con esto no quiero decir que no puedan haber verdaderos equipos de trabajo formados por humanos, simplemente que son la excepción. Son los menos humanos de los humanos. La humanidad avanza por simple acumulación y transferencia de conocimiento y suele pasar que el buen reparto del trabajo por parte de una buena estructuración empresarial es percibido como trabajo en equipo, léase países del norte.

Pero como somos cabezones, los humanos seguimos queriendo insistir en trabajar en equipos donde los componentes parecen demandar cada vez más aspectos democráticos de igualdad de voto y de opinión, y las empresas no solo confían en este modelo, sino que tienen hasta departamentos enteros que denominan de recursos humanos para seguir erre que erre intentando enseñar a los humanos a trabajar en equipo, hasta el punto que organizan e imparten cursos a tal efecto, ya que aunque mayorcitos, seguimos sin dejarle la bici a Juanito.

Por ello, cuando acabo un proyecto en el que intervienen muchos humanos con sus opiniones y sus cosas, me gusta abrir el sobre y ver si el objetivo inicial que anoté se cumple o entre tanta reunión, opinión y consenso lo único que hemos conseguido hacer es un ilusionante buñuelo, pero buñuelo a fin de cuentas. También “me pone” abrir el sobre que contiene escrita la conjugación del “me pone, le pone, les pone” porque normalmente los trabajos en equipo entre tanta reunión, opinión y consenso acaban poniendo a todos menos a quién tienen que poner, al cliente.