Elegancia y exigencia

24. May, 2013 - - Artículos Profesionales

Elegancia y exigencia

Creo que una historia importante se forja desde la exigencia, sea la que sea, tanto la exigencia como la historia. Una historia de amor, un amor para la historia o un amor de los que hacen historia. A los catalanes nos cuesta ser exigentes con nosotros mismos.

Saben, no voy a entrar en si está bien o está mal ponerle la camiseta del Futbol Club Barcelona a la figura de Cristóbal Colón; ni si hay que abonar el billete de vuelta a los turistas que no han podido ver al conquistador en sus galas marineras; ni si para arreglar el ascensor del monumento había que redescubrir América de nuevo, ni si a partir de ahora los del Real Madrid podrán poner sus calzones a secar en Canaletas (previo pago de la fuente como espacio publicitario); ni tan siquiera entraré a valorar si los valores del conquistador merecen los colores blaugrana y viceversa.

Yo solo digo que seamos exigentes.
—joer! que la camiseta le quedaba como el culo!

La Barcelona del diseño, de la moda, de la 080 Fashion Week, de la Pasarela Gaudí ahora en Cibeles (¡confieso que esta ironía me ha salido de churra!), del “estudias o diseñas”, de Custo Dalmau, de Andrés Sardá, de Antonio Miró, de Sita Murt, de Josep Abril, de tantos y tantos otros subiendo el nivel de exigencia día a día, paso a paso, puntada a puntada, costura a costura… pues nada! tanto trabajo desde los ochenta a tomar por c… por 90.000 euros! Flipante! Pero no se preocupen, que luego haremos una campaña de imagen de la ciudad por algunos millones de algo a descontar de sanidad o de educación; salvo que la quiera pagar el de marketing de Nike o el alcalde escultor.

Yo no se si los italianos les hubieran jodido a ustedes la visita a Florencia tapando el torso del David con una maglia de la fiore; o si Miguel Angel de haberlo sabido hubiera preferido que lo esculpiera el alcalde de la ciudad mano a mano con el listo de marketing de Nike… pero joer! seguro que como mínimo lo empacaban en elegante James Bond…¿tanto costaba entrarle los costados? ¿ceñir esas mangas? ¿arremeter la camiseta por el pantalón como mandan lo cánones futboleros?.

Elegancia y exigencia, que no todo vale.

Así que sean exigentes con todo. Que la historia de un país, como la historia de un club, como la historia de una ciudad, y como la historia de todo buen amor se construye desde la exigencia; y no todo vale.

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