El tiempo domesticable

22. Feb, 2013 - - Franciscadas, Teorías y franciscadas

El tiempo domesticable

Cuando un hombre se sienta una hora con una mujer hermosa, parece un minuto. Pero si se sienta un minuto sobre una estufa caliente, será más largo que cualquier hora. Eso es la relatividad“. Einstein se explicaba de modo muy sencillo aunque sus demostraciones estuvieran inevitablemente plagadas de cálculos. Demostró que lo único que no es relativo es la velocidad de la luz, y por tanto, el resto depende de percepciones y acuerdos entre humanos para medirlo todo; sin validez en el universo. Creo que no quiso o no le dejaron sentenciar que entender la relatividad permite dominar tu tiempo, acelerarlo o detenerlo al igual que aceleramos o detenemos la carrera cuando lo deseamos, ya que también es relativa la distancia y por tanto la velocidad. Entender la relatividad cambia el orden mundial, convierte al ser humano en auto-inmortal, en propietario de su vida, de la velocidad de su vida, de su felicidad; lo que algunos llamarían libertad individual.

Estoy seguro que alguna vez se han visto inmersos en una de aquellas conversaciones con un amigo, un conocido, un familiar, cuando en interna inquietud les ha dicho que la vida se le ha pasado en un abrir y cerrar de ojos, que de los 30 a los 40 se le pasaron sin darse cuenta; y al revés, estoy seguro que conocen a un venerable abuelito o un roquero de moda que no para de decir que ya es hora de irse, que esta cansado, agotado de vivir, que la vida se le ha hecho larguísima.

Es cierto! Dicen la verdad! Hay personas cuya vida se les ha pasado en un abrir y cerrar de ojos, en “un segundo” y otras personas cuya vida es interminablemente larga, “milenaria”.

Los estudiosos hablan de percepciones. Parece que les escuece la palabra relatividad. Parece que les escuece decir que el tiempo no es igual para todos como no es igual para todos ni el sabor, ni el color, ni los acordes de una naranja. Parece que no nos quieran dar la fórmula de la inmortalidad. Se empeñan en mostrarnos a Einstein como un loco excéntrico, de pelo apayasado, de rostro apayasado, evitando que nos aproximemos a sus palabras parapetándolas bajo fórmulas que ya nos advierten que no vamos a entender: y sencillamente creo que todos tenemos capacidad para entender que si un hombre se sienta una hora con una mujer hermosa le parecerá un minuto.

Y lo que parece es.

El genio demostró que si se rodean de mujeres hermosas pararán el tiempo, una hora la convertirán en un minuto. El genio demostró que viviendo intensamente, prestando atención a respirar cada instante de su vida, trazando diagonales, trazando círculos, perpendiculares, puentes y abismos, pararán el tiempo. El genio demostró que avanzando segundo a segundo y huyendo de la rutina, de la rutina de sus vidas, de la rutina que nos marcan al nacer, de esta vida lineal de cuatro saltitos que suponen la mayoría de edad, la boda, el trabajo, la jubilación…pararán el tiempo. Su tiempo. Su tiempo que a fin de cuentas es el que a ustedes les interesa.

Creo que a Einstein no le dejaron explicar que el tiempo es domesticable porque nuestro sistema de esclavitud que llaman libertad, no soportaría millones de individuos trazando continuas diagonales de vida. Sean felices y vivan como vampiros.

PD. Las fotografía que ilustra este artículo es una de las más famosas de Einstein. Curiosa fotografía para un Premio Nobel de Física.

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