Columnas y valores

07. Feb, 2013 - - Artículos Profesionales, Comunicación, Franciscadas, Teorías y franciscadas

Columnas y valores

Convertidas en esclavas y condenadas a llevar las cargas más pesadas, las cariátides, mujeres de la ciudad peloponesia de la Caria, cumplen indolente y eterna condena como columnas soportando el peso de la cubierta del templo ateniense de Erectión. Es el precio de la decisión de su pueblo de colaborar con los invasores persas durante las Guerras Médicas. El precio de una decisión equivocada, de una traición.

Nuestros valores son las columnas que sustentan el peso de la cubierta de lo que somos, reflejo de donde venimos y fundamentos del peso que llegaremos a resistir en lo que nos queda por venir. La igualdad, la libertad, la honestidad, la fidelidad, la honradez,… son nuestras cariátides, los valores que cada uno de nosotros tenemos y a los que servimos pleitesía y aceptada esclavitud, como a dioses ante los que responder por nuestras acciones, comparando lo que hacemos con lo que esperamos de nosotros mismos, con lo que esperan nuestros dioses personales de nosotros para otorgarnos esa constancia interior que algunos llaman estar bien con uno mismo.

Todos son validos. Dependen de cada uno de nosotros elegirlos, seleccionarlos, adoptarlos. Unos pocos está bien. Seis son las cariátides que necesitaron los atenienses para sustentar tanto peso. Muchas columnas juntas no dejan pasar la luz y pocas columnas dejan demasiados huecos en nosotros.

Los valores los empezamos a interiorizar ya desde nuestra infancia, desde la influencia de nuestro entorno familiar y social mas próximo, y los arrastramos durante toda nuestra vida en perpetua evolución influenciada por el entorno en que nos desenvolvemos, nuestras experiencias y nuestra personalidad. Evolución en este caso no es cambio, únicamente experiencias extremas pueden hacernos replantear nuestro valores personales forjados durante tantas batallas.

Cuando un valor cae, cuando una columna se colapsa, cuando después de 2.000 años una cariátide deja de resistir, todo el templo se tambalea hasta poner ineludiblemente en duda el orden de valores que hasta entonces creíamos tener, orden de valores que nos mantenían estables ante nosotros mismos, ante nuestros dioses y ante todas aquellas personas que nos amaban por ellos. Porque amamos por valores y temblamos ante las grietas que inevitablemente nos ponen a prueba, porque nos aman quienes comparten nuestros valores y quienes tiemblan ante nuestras grietas. Porque morimos ante nosotros cuando nuestras columnas no resisten a su indolente y eterna condena y morimos ante los demás cuando nuestras columnas no sustentan el peso de nuestra historia ante ellos, de nuestra verdad, cuando las manos del alfarero no son suficientes para cincelar la piedra, cuando nuestros dioses han dejado de creer en nosotros, cuando nuestras cariátides son de barro.

Foto: Tribuna de las Cariátides. Templo de Erectión. Atenas.

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4 comentarios en “Columnas y valores”

  1. Francisco Cortes Rueda

    12. Feb, 2013

    Gràcies Marta. Lo mio es un enfoque del tema muy superficial, así que deberás perdonarme que haya entrado “a mi manera” en un terreno tan estudiado por ti 😉 Los que estéis interesados en una verdadera visión profesional del tema visitad el blog de Marta http://www.plan.cat

  2. Marta

    12. Feb, 2013

    Molt bo i tot cert Francisco: els valors siguin quins siguin, és el que ens fa ser coherents amb nosaltres mateixos… però hi ha tanta inconsistència pel món… 🙂

  3. Francisco Cortes Rueda

    12. Feb, 2013

    Muchas gracias. Lo cierto es que valores, y valga la redundancia, son todos válidos, otra cosa es que los compartamos o no, ante lo cual no será necesario abogado ni juez para juzgarlos.

  4. Anita

    12. Feb, 2013

    Sr. Cortés, el mejor de todos con diferencia. Le felicito. Le ofrezco un café. Pero sin abogados 🙂
    Me ha encantado…
    A.